Viviendo en el Domo
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Ha sido un aprendizaje, el domo aun no esta terminado, y cultivamos la
paciencia día a día, trabajando de a poco para poder terminar nuestra cas...
Bienvenido(a) al Blog de Maiwe
Maiwe viene del Mapudungun "Jarrito para beber", para nosotros ese es el gesto que debemos tener, nos llenamos y al mismo tiempo nos vaciamos, recibimos y damos.
El Equipo está compuesto por 4 Diseñadores en Permacultura que complementan con sus profesiones de Artesanas, Diseñadora de Equipamiento, Diseñador en Comunicación Visual y Docente Universitario.
Nuestro equipo está capacitado para dictar charlas y prestar asesorías en diseño permacultural, expertos en construcción; uniendo las técnicas de reciclaje y bioconstrucción, Domo Geodésico, Ecología Social, Educación Alternativa.
En este momento estamos desarrollando proyectos que involucran talleres de Permacultura en nuestro centro demostrativo y avanzando para desarrollar educación para la sustentabilidad en colegios y Permacultura Urbana en Poblaciones.
Contáctate con nosotros si quieres conocernos, existen muchas modalidades, haz voluntariado, asiste a un taller, contrata un diseñador, hazte parte de este gran sueño.
jueves, 5 de febrero de 2009
Permacultura: una respuesta concreta
Escrito por mundaca el 27 Enero 2009 – 19:48 -
“La naturaleza nos enseña a compartir, y a nosotros nos enseñan a competir”, es la sentencia con que Héctor reafirma todo lo que nos ha enseñado en esta pasada. Durante la mañana se nos enseñó cómo nos han dicho que las sociedades occidentales tienen la verdad, cuando la naturaleza dicta otras enseñanzas. Nos han aprisionado, nos han hecho girar en torno al dinero, nos han hecho alejarnos de lo abrigador que resulta ser el cariño y nos han tratado sistemáticamente de convencer de que la transa es lo supremo; y sabemos que no, que naturalmente no, que el ciclo vital responde a otras cosas, y para salir de las cárceles con las que nos aprisionan, hay que volver a escuchar la voz de la tierra.
Maiwe es una agrupación joven de permacultores, pero principalmente es una gran familia, que se conduce a través del amor y de lo que logra rescatar de la información de la pachamama. Ellos, junto al Instituto chileno de Permacultura, dictan un taller de la disciplina que cultivan, en el cual comparten ese amor en el que viven y todo el conocimiento que han adquirido en el tiempo en que han trabajado.
Están situado en el Aguila Sur, un paraje cerca a las localidades de Paine y Hospital, desde donde han ido creciendo en el conocimiento de la madre tierra. Dígame si no le gustaría poder comer el fruto de lo que usted ha cultivado con tanto cariño, sin elementos artificiales en su proceso y sin tener que pagar de más. Suena bonito, ¿cierto? O construir la casa que a usted se le ocurra, pero con adobe, reutilizando desechos y agregando originalidad, poniéndole un toque personal al espacio donde le tocará vivir. O, simplemente, viviendo más en armonía con la naturaleza y sus ciclos naturales, con las formas de la naturaleza y con todos los procesos que sabiamente se desencadenan en ella. Bueno, los amigos de Maiwe viven en esa desde hace 4 años.
Una de las principales lecciones que han sacado en limpio en este tiempo es el de perder el miedo: “las cosas hay que hacerlas no más, acá tenemos permitido equivocarnos, porque también es una forma de aprender. Hemos aprendido que hay que atreverse a hacer las cosas y ver si resultan. Las probamos primero en chiquitito y si resultan, las hacemos en grande”, nos dice Carolina, una de las tripulantes de Maiwe, quien también dicta clases en el taller, de acuerdo a uno de los principios básicos de la Permacultura que es “sin prisa, sin pausa”, es decir, avanzar incesablemente sin miedo a equivocarse, pero sin la esperanza que todos los resultados se den óptimos y en abundancia de buenas a primeras. Como es la naturaleza, finalmente, sin automaticidad.
“Lo que pasa es que nos han enseñado a que la vida es de otro modo, pero la naturaleza nos enseña cosas diferentes. Entonces, tener la oportunidad de tener una vida tan distinta a la que se desarrolla en las ciudades, con tanta regla, con tanta corrupción o con tanta contaminación, es una decisión pensada en nuestros hijos también, de la forma que queremos que se eduquen”, complementa Felipe.
(Nota completa próximamente en 1era. edición de La Rebelión)
Fuente: www.larebelion.cl
Artículo en el diario La Nación
Miércoles 21 de enero de 2009
Por Sofía Fernández / La Nación
Jóvenes profesionales con familia dejan la ciudad para vivir en comunidad y de manera autosustentable
Se instalan las ecoaldeas en Chile
Cansados del consumismo y el estrés dejaron la ciudad para construir una sociedad donde prime la familia, el cuidado del medio ambiente y la permacultura. Parece un retorno al pasado. Ellos creen que sin cambio de hábitos, no habrá futuro posible.
Héctor, su esposa y sus cuatro hijos, viven en una casa de dos pisos hecha de barro, madera y muros que tienen en su interior botellas y bolsas plásticas que sirven como aislantes. Comen hortalizas de una huerta construida en forma de espiral, ya que así aprovechan las relaciones simbióticas de las plantas y se evitan los fertilizantes. También, tienen un gallinero móvil que les permite fertilizar distintas partes de su terreno, y un baño seco, que aseguran no libera olores, ni atrae moscas y que después de un proceso de varios meses, les permite usar las heces como fertilizante para los árboles.
Su opción de vida no es en solitario. En el mismo predio conviven con una familia amiga, con la que formaron la ecoaldea Maiwe. Una de las 20 comunidades similares instaladas en Chile y cuyos propietarios pretenden demostrar que es posible llevar una vida sin consumismo ni devastación del medio ambiente.
En el mundo ya son miles. De hecho, todo partió en los ’60 con los hippies, pero evolucionó cuando en los ’70, Bill Mollison y David Holmgren publicaron "Permaculture One". El libro que le da soporte teórico y soluciones prácticas a la vida en comunidades ecológicas.
En los noventa, un grupo de personas de todo el mundo definió estrategias para la difusión de esta práctica, organizándose en una red mundial denominada GEN (Global Ecovillage Network), y hoy son todo un movimiento que predican con el ejemplo.
La casa en la pradera
Héctor había dejado su trabajo como profesor universitario y paralelamente se había acercado a la meditación. Cuenta que muchos caminos lo llevaron al mismo lugar: Águila Sur, a sólo 45 minutos de Santiago en la comuna de Paine.
Allí instaló su casa, sumó a una familia amiga y partió la comunidad. Más numerosa es la ecoaldea El Manzano, de Cabrero, donde viven cinco familias. No se congregaron intencionalmente en el lugar, pero se organizan para producir alimentos orgánicos.
Francisco Oyarzún, que participó en el último encuentro nacional de Ecoaldeas, efectuado en octubre de 2008 en la comuna de María Pinto, dice que "el mayor temor es que los confundan con una secta". Algo que definidamente no son. "Cada comunidad es autónoma, no se sigue a ningún gurú, se rechazan los fundamentalismos y se tolera todo tipo de creencias siempre que estas respeten la vida", argumenta.
Además no son cerrados. El Manzano, tiene una ecoescuela donde dictan talleres de permacultura, ecología y reciclaje, abiertos a la comunidad. Al igual que Eluwn, aldea ubicada en Loyca, cerca de Melipilla, que según Gustavo Lerner -uno de sus miembros- durante el año reciben a 400 personas.
Al contrario de lo que podría pensarse, no rechazan la tecnología. "Lo importante es no ser esclavos de ella", asegura Gustavo. En Maiwe aún poseen luz eléctrica, página web y llegan a su hogar en auto. Como muchas otras comunidades aspiran a ser completamente autosustentables, como la ecoaldea Argentina Gaia, que se abastece de energía solar y eólica.
Permacultura, la clave
La clave de toda ecoaldea es la permacultura, una forma de diseño de comunidad que imita los patrones de la naturaleza, aprovecha los recursos locales y propone un tipo de organización horizontal (ver dato). En cuanto a la salud, promueven el yoga y uso de medicinas alternativas, pero no descartan la tradicional en caso de enfermedades graves. Para la enseñanza tampoco hay una formula rígida. Se recomienda educación en casa, pero Héctor por ejemplo, envía a sus hijos a una escuela rural. Y, ya que él y su esposa son profesores, no descartan en el futuro crear su propia ecoescuela.
Aunque saben que vivir en una ecoaldea no es para todos, quieren que se masifique. Por eso Oriana Villaroel, integrante del Instituto Chileno de Permacultura, prefirió quedarse en Santiago. Cree que aún falta mucha conciencia por sembrar en la ciudad. De hecho, no tienen miedo a que aparezcan megacomunidades. "Por lo que observa en la naturaleza los ecosistemas más grandes son los más autosustentables".
CLAVES DE LA PERMACULTURA
►Entorno construido: Usan la bioarquitectura, es decir, utilizan elementos que estén en el entorno.
►Herramientas: Lo ideal es usar energías renovables, reciclar todo y usar tecnologías que no dañen el medio ambiente.
►Administración de la tierra: Su agricultura es ecológica y biodinámica. Ponen límites a su consumo.
►Tenencia de la tierra: La tierra se administra de forma comunitaria y la gobernación es colaborativa, como asociaciones de vecinos.
►Finanzas y economía: Algunos venden sus alimentos en las ferias. Abogan por el comercio local y justo. Practican la agricultura de responsabilidad compartida y se reparten los excedentes.
►Salud y bienestar espiritual: Promueven las medicinas holísticas y alternativas.
►Cultura y educación: Lo ideal es la educación en casa. Se motiva la investigación y experimentación.
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